Malos hábitos con tu auto

Cuando empecé a escribir éste artículo no tenía título aún, mi principal intención al escribirlo era dar consejo de aquellas mañas que tenemos como conductores y que son muy perjudiciales para nuestros autos. En el momento que se me vino la idea de llamarlo «malos hábitos…» no tardé ni dos segundos para que se me viniera la imagen de mi santa madre. Porque vamos a ser francos, que levante la mano quien de niño no recibió uno de estos cariñosos consejos de su progenitora; «no brinque en el colchón que lo vas a aguangar todo», «baja las patas de los sillones que me los vas a ensuciar», «no azotes la puerta del refri que lo vas a descomponer», «come con la boca cerrada que pareces puerco comiendo», y miles más que si nos ponemos a hacer una referencia de todas nos llevamos todo el día.

Hoy quiero hacer mención de aquellos hábitos que tenemos como propietarios de un vehículo y que pueden afectar su adecuado funcionamiento, los pueden dañar o en casos extremos pueden poner en riesgo la integridad física de las personas (ya sea en el interior o fuera del vehículo). Definitivamente no son todos y cada uno puede variar de acuerdo al tipo de vehículo pero considero que estos pueden ser los más comunes:

Cargar de más tú vehículo.

¿Alguno de ustedes recuerda aquella promoción de Auto-sardina de Reino Aventura? (ups!! es Six Flags, ya me ventanee con la edad). Tu vehículo y sus componentes están diseñados para cargar un limitado peso (esta información la puedes consultar en tu manual de usuario), el excederlo, ocasiona un estrés excesivo en el chasis y en otros componentes, lo cual puede generar fallas en alguno de ellos o en acortar su vida útil. También, en caso de un accidente, puede incrementar el riesgo de lesiones graves o muerte entre los pasajeros.

Manejar con el pie en el clutch.

Para aquellos que creían que el pedal del clutch o embrague también servía para que descansaras el pie izquierdo cuando no lo estaban utilizando, déjenme desilusionarlos. Esto provoca desgaste excesivo en las pastas del clutch al estar rosando constantemente con los platos que transmiten la potencia del motor, reduciendo significativamente la vida funcional de la parte. Una variante es, en vehículos automáticos, usar ambos pies al conducir (con el derecho aceleran y con el izquierdo frenan); esto en vehículos modernos, puede provocar una falla en la lógica de la computadora.

Colocar llantas o rines que no van con el modelo.

A todos, o por lo menos a la mayoría, nos encanta modificar nuestros autos y darle ese toque que lo haga diferente a los demás, uno de esos toque es ponerle rines deportivos y/o llantas anchas. Lamentablemente nunca leemos el manual de usuario, en donde nos indica las dimensiones adecuadas de las llantas y terminamos colocándole al vehículo llantas demasiado altas y/o anchas. Esto limita el giro de las llantas o generar roces con la carrocería, pudiendo provocar una avería. Una variante, es traer las llantas con una presión de aire incorrecta (ya sea hacia arriba o hacia abajo).

No realizar a tiempo los servicios de mantenimiento.

Así como se nos recomienda visitar regularmente al médico para revisar nuestra salud, los vehículos también necesitan acudir a sus servicio de mantenimiento preventivo, la frecuencia se encuentra marcada en tu manual de usuario. En éste servicio se le realizan trabajos al vehículo que buscan prevenir una falla mayor (no es una invención de las armadoras para sacarte dinero). En la medida de tus posibilidades, procura que todo trabajo sea realizado en un taller avalado por la marca (de preferencia un distribuidor) y que siempre sean usadas refacciones originales; con el fin de conservar la garantía y alargar el tiempo de vida de tu vehículo.

Uso excesivo de los frenos en pendientes.

Alguna vez de seguro te ha pasado que vas circulando de bajada por una pendiente y te llega un fuerte olor como a plástico quemado, esto es ocasionado por el uso excesivo de los frenos, lo cual provoca un sobre calentamiento de estos. Es recomendable que cuando circules por una pendiente pronunciada uses el motor para reducir la velocidad del vehículo (frenar con motor); esto evita el sobrecalentamiento de los frenos y alargan el tiempo de vida de los mismos.

Dar acelerones con el motor frío.

De seguro tienes un conocido que te ha recomendado acelerar el vehículo cuando se encuentra frío para que se caliente el motor más rápido; Déjame decirte que esto no sólo no sirve de nada, sino al contrario, puede dañar gravemente el motor. En el motor del vehículo, cuando ha estado detenido por mucho tiempo, por efecto de la gravedad, el aceite se va a la parte baja, lo que deja sin la lubricación adecuada los metales de la parte superior, al acelerar fuerte provocas una fricción excesiva de esos metales, lo que puede derivar en un daño fuerte al motor.

Manejar muy cerca del coche de enfrente.

Este no sólo es un mal hábito, es una insensatez. En estos tiempo como nunca antes, nos hemos acostumbrado a escuchar el termino «Sana distancia». Definitivamente la pandemia de COVID-19 nos ha obligado a conservar una sana distancia entre personas. Cuando manejamos nuestro auto, también debemos de conservar una «Sana distancia» con el vehículo que nos precede; la norma de seguridad indica que por lo menos deben de ser 2 segundos, esto es tiempo suficiente para reaccionar a frenar y tener la distancia necesaria para evitar un accidente.

No usar el freno de mano al estacionarte.

El freno de mano, o como se le conoce en otros lados, freno de estacionamiento, bloquea las ruedas inmovilizando de esta forma el vehículo. Se recomienda el uso de éste al momento de estacionar el vehículo, sobre todo si lo haces en una pendiente, esto evita que todo el trabajo de sostener el peso de la unidad recaiga sobre la transmisión, lo que puede llegar a dañarla en un futuro.

No usar cinturón de seguridad

Además de ser una infracción en la mayoría de los reglamentos de tránsito, éste mal hábito es una verdadera tontería. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, el uso del cinturón de seguridad puede reducir hasta en un 50% el riesgo de muerte y evita hasta 45% de lesiones de gravedad en caso de un accidente. Esta manía se da más frecuentemente cuando recorremos trayectos cortos, pero recordemos que, un accidente puede suceder en cualquier momento y debemos de estar preparados siempre.

Como todo mal hábito, el primer paso para corregirlo es hacer un auto-diagnóstico y reconocer que cometemos uno o varios de estos y posteriormente, trabajar para corregirlo, posiblemente nos lleve algún tiempo acostumbrarnos, pero te aseguro que al lograrlo podrás tener mejores experiencias al conducir tu vehículo, alargar su tiempo de vida y sobre todo estar más seguro.

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